Mercedes Marín presentó en sociedad su primera novela.
Por Marcos Calligaris

A Facundo no le alcanza el amor con que fue criado. Miradas que lo hieren, voces que se acallan, ahondando aún más sus deseos de conocer los secretos que necesita develar para vivir en paz. Él viene rastreando la verdad, decidido a poseerla. El viejo Hilario la conoce. No sólo ha sido el hermano que la vida le dio a su madre, sino también su confidente, protector y mejor amigo.
En la cocina de la estancia, entre mates y al sosiego obligado de la noche, el viejo capataz irá descubriendo finamente y uno a uno, los hilos de un telar infinito donde se tejió la historia familiar que el muchacho desea conocer.
Lisandro le gana la partida a su primo Matías y se queda con Milagros. Ella le da su amor y también dos hijos. Soporta la doble vida de su marido, pero se niega a dejarlo, hasta que un hecho accidental la enfrentará a sus propios límites. Enferma y aislada, alucina. A su manera recupera a Matías, que llega cada noche como una sombra, para amarla y protegerla, con la complicidad de las acacias.
Esta es una obra exquisita en su contenido y en su forma.
Su temática centrada en el amor y en una telaraña de encuentros, desencuentros, intrigas y secretos, la desnuda como una novela tradicional. Sin embargo, su entramado la presenta como una obra contemporánea en el sentido amplio de su acepción. A su rica prosa no le falta nada; así, aparece la encuesta, el diálogo en continuo suspenso, el misterio del policial, el género epistolar, todo enmarcado en un contexto campero, que le otorga un toque de frescura propio de la novela costumbrista, que convoca a leer.

El romanticismo atraviesa todas sus páginas, pero cuando creemos poder descansar en él, nuevamente arremete e invita el misterio que acompaña a los personajes desde el comienzo hasta el final.
En un tiempo en que el amor importa poco en las historias, la prosa poética de esta obra nos demuestra que, aún hoy, es posible descubrir que Alguien llora sobre las acacias.

La escritora

Mercedes Marín nació en la ciudad de Córdoba. Con el título de Bachiller, comenzó a trabajar en una compañía de seguros. Trabajando, y estudiando a la vez, logró cursar el sexto año en la Escuela Normal Superior Dr. Agustín Garzón Agulla, egresando como Maestra Normal Nacional.
Escribió desde niña y no olvida a María Teresa, su señorita de cuarto grado, que siempre la alentó. En las antologías compartidas, publicó poesía y cuento.
Recibió premios y menciones en concursos literarios organizados en Córdoba y en el interior de la provincia. Resultó ganadora de un premio en poesía y mención en cuento, del concurso de la Sociedad Argentina de Letras Artes y Ciencias S.A.L.A.C. Nacional 2007.
Años más tarde, un premio obtenido en un concurso organizado por la Municipalidad de Córdoba, le abrió las puertas de los talleres de escritores como Cristina Bajo y José Scangarello. A Cristina, se deleitaba escuchándola en La Casona. Con José, pudo hacer lo que tanto le gusta: escribir. Las críticas favorables del escritor ya desaparecido, afianzaron su inclinación literaria.
Ella dice que la vida está hecha de momentos. Así, cree que llegó el momento de que su primera novela, Alguien llora sobre las acacias, deje de ser de sólo unos pocos, para ser de todos.
Para la autora, “Alguien llora sobre las acacias” es una novela tradicional y contemporánea. “Como en la vida misma, el amor, con sus devenires: encuentros, infidelidades, intrigas y secretos, está presente en sus páginas, tejiendo una urdimbre donde aparece el diálogo, la encuesta, el suspenso, el misterio del policial; con una fuerte connotación psicológica,” sostiene Marín.  En cuanto a la prosa, la escritora la clasifica como poética y “en un contexto campero, que me permite ir moviendo los hilos de mis criaturas, llevándolas hacia su destino, en algunos casos…impredecible”.

Mientras “Alguien llora sobre las acacias” comienza a circular, Mercedes Marín ya se encuentra trabajando en una nueva novela, aunque aclara: “antes, desearía publicar mis cuentos y poesías.”