Entrevista exclusiva
Por Marcos Calligaris

Llegó al mundo un 12 de octubre de  1980, en una humilde casita del hasta entonces ignoto pueblo de Arequito, Santa Fe.

Hoy ese mismo Arequito está ubicado en el inconsciente colectivo del folclore nacional. Es su responsabilidad, la responsabilidad de Soledad Pastorutti. “La Sole”, a secas, como todo el mundo la conoce, apareció en la escena folclorista en 1995, en la ciudad bonaerense de Escobar. Pero fue al año siguiente que tras el grito de “Aquí Cosquín” el “huracán de Arequito” llegaba al corazón de la expresión folclórica argentina para arrasar. Había llegado para quedarse.

Pasaron 12 años desde aquel comienzo. En el medio La Sole grabó 11 discos, vendió millones de copias, protagonizó una película, se presentó en más de 180 pueblos y ciudades argentinas, llevó su show a través de toda Latinoamérica, Francia, Italia, España e Inglaterra,  participó como actriz en dos telenovelas y hasta condujo un programa de televisión.

Soledad cuenta con los laureles de una artista veterana, pero aquella adolescente que puso de cabeza al folclore recién cuenta 26 primaveras.

En una extensa entrevista; en un impasse de su carrera, Soledad Pastorutti analiza su vida. Nos habla de sus miedos, su familia, sus proyectos.

Muchas cosas para contar con sólo 26 años…

Es cierto, pero yo lo vivo como un comienzo. Cuando uno es joven y todavía tiene mucho camino por recorrer, también tiene mucho más tiempo para sostener una carrera. Si yo tuviera otra edad, quizás ya estaría más relajada.

Mi curriculum me genera un peso importante y mi vida recién comienza. Por un lado estoy orgullosa de todo lo que logré, pero siempre estoy pensando en lo que me falta por hacer, sobretodo el hecho de sostener la carrera, que es muy difícil.

¿Tu carrera tiene mucho que ver con tu forma de ser?

Si. Tengo un personalidad que me exige todo el tiempo mejorar y crecer. Una vez Facundo Saravia me dijo una de las frases más acertadas y es que a mí me pasó una de las cosas más difíciles que le puede suceder a un artista. Todo el mundo comienza desde abajo, de a poquito, para lograr el éxito. Lo mío casi empezó con el éxito y si bien siempre hablo de las primeras épocas en que no era conocida y mi viejo me llevaba de acá para allá con el casete y el autito, tuve un camino muy cortito para llegar al éxito. Una vez que tenés el éxito y encima de la manera que lo obtuve yo, que me explotó en las manos, todo lo que viene después te parece poco y es muy difícil mantener la cordura, el equilibrio, abstraerse y poder mirar las cosas desde afuera.

¿Cómo se maneja haber logrado tantos objetivos en tan poco tiempo?

No es fácil. Creo que el ser humano necesita todo el tiempo desafíos. En mi caso soy muy inquieta -y me imagino que Messi también por eso está donde está con la edad que tiene-. Llegar al éxito rápidamente también puede ser muy frustrante. Para mucha gente es un gran privilegio y hasta provoca envidia, dicen “uh, éste ya tiene plata, casa, ya tiene fama”, pero también detrás de todo hay un gran sacrificio. Para los que somos personas conocidas, dejamos muchas cosas de lado por nuestra carrera. Te repito, todo esto puede resultarte una frustración muy grande, porque cuando ya  conseguiste todo lo que buscabas es como que después no hay nada. Si no aparece otro desafío, es terrible. 

Cuando hablás de nuevos desafíos, ¿los planteás sólo en el ámbito profesional o los buscas también en el terreno personal?

Este año me dediqué un poco más a la cuestión personal, donde venía dejando las cosas un poco de lado. Mi noviazgo siempre fue muy exitoso, nunca recibí quejas de mi novio (risas), pero sí es cierto que no pude disfrutar de un montón de cosas que tienen que ver con mi familia, con cumpleaños, con bautismos, etc. Este año decidí parar de trabajar un poco, casarme. Ojo que para alguien que está en continuo movimiento, parar de golpe también puede ser peligroso. Si vos no tenés la cabeza bien fría…es complicado. Ahora empecé a hacer las cosas de la casa… llevo una vida de ama de casa y también lleva su tiempo.

 

“El distanciamiento es necesario”

Luego de 12 años de éxito continuo, Soledad decidió tomarse un descanso, repesar su carrera.

¿Por qué decidiste parar?

Me manejo mucho por sensaciones. Hago lo que siento y cuando siento que estoy haciendo automáticamente, ya eso no es bueno. Creo que cuando uno empieza a hacer las cosas sólo porque le pagan, ya es un punto terrible y sobretodo cuando se trata de arte. La gente percibe esas cosas y puede ser contraproducente. Por eso prefiero parar. No sé si va a haber un cambio o una renovación, pero lo que sí es necesario es el distanciamiento por algunos meses de los escenarios.

Hace mucho tiempo que mi papá que me viene diciendo “ahora es el tiempo de disfrutar”. Después volverá una época en la cual deberás esforzarte. Por ahora quiero disfrutar.

¿Te cansaron las presentaciones?

Nunca tuve un tiempo para mí. Durante 10 años, actué todos los fines de semana. Y la verdad que llega un punto en el cual decís “¿Y yo cuándo vivo?” Encima, los días de semana también se labura. Está la oficina, tenemos entrevistas de trabajo.

¿Te mantenés presente a través de la prensa?

Gracias a Dios el mundo está lleno de medios y por suerte soy una persona bastante requerida. Yo me propuse, sobretodo en el interior del país –que es donde se sustenta la base de mi carrera- ir a cualquier lugar donde me llamen. A veces me llaman de pueblos más chicos que el mío y esa nota es importante para mí. Cuando uno se convierte en una figura grande,  y no puede tener el tiempo que quisiera para estar con determinada gente, los medios de comunicación lo aceran a esa gente y hace que la comunicación sea más directa.

¿Donde estás viviendo?

Vivo en Buenos Aires y en Arequito. Hace 10 años que hago lo mismo y vengo diciendo que ya voy a dejar de viajar.

La verdad es que Arequito tira y por otro lado Buenos Aires es necesario. Estando acá uno consigue más trabajo, más contactos.

¿Tenés pensado volver a vivir definitivamente en tu pueblo algún día?

Siempre siento que al final de mi vida voy a terminar en Arequito. Nunca me pude ir del todo, es un lugar donde me siento segura, cómoda. Además, en el pueblo yo no soy una persona conocida, soy querida y respetada por algunos, por otros quizás no tanto (risas). En Arequito vivo una vida totalmente normal, voy a comprar el pan, salgo a andar en bicicleta. En el pueblo la gente me ha protegido mucho.

¿Existe gente en Arequito a quienes no les caes bien?

Si, por supuesto, por diversos motivos. Uno muy simple es que en fútbol, soy hincha de 9 de Julio de Arequito y por otro lado están los hinchas de Belgrano de Arequito… Jeremías, mi marido es de Belgrano, está todo mal con él. (risas).

Después, como todo…nunca podés caerle bien a todo el mundo. Mi posición a veces atrae mucho a la envidia. Desde afuera da la sensación de que de este lado está todo bien, como que uno ya tiene todo resuelto en la vida y la verdad que no es tan así. De cien cosas que uno proyecta salen sólo dos o tres.

¿Te gustó la experiencia de probar por fuera de la música? Hacer cine, televisión…

Si, me gustó mucho. Fueron experiencias que me enriquecieron un montón. Lo que también es cierto es que yo no debo descuidar el tronco principal de mi carrera, que es la cantante, la misma que generó después a la actriz, a la conductora.

Me gusta probar con distintas alternativas. Para esta etapa de mi vida en la que no quiero actuar en Argentina por un tiempo, hasta que no tenga algo nuevo que presentarle a la gente, está bueno seguir vigente a través de la televisión o de otro medio. De hecho, ahora estoy grabando High School Musical de Argentina, donde voy a ser jurado. Me gustó la idea.

Por otra parte, hace bastante que Jorge Guinzburg me está buscando para actuar. Siempre hay proyectos dando vueltas. Si creo en la persona, siento que voy a sentirme cómoda y que además me va a servir para mi carrera, le doy para adelante. A veces me equivoco, a veces no. En general, el que no se equivoca es el corazón.

¿Qué te gusta hacer para abstraerte de la vida profesional?

Me gusta mucho el deporte. Soy media fanática de la gimnasia aunque al no tener una vida rutinaria no lo puedo hacer mucho. Me gustaba mucho jugar al tenis y ya hace muchísimo que no lo hago, pero siempre salgo a correr. Me gusta correr por el campo, escuchando música. Si mi mamá me acompaña, salgo a caminar para charlar un rato.

También me gusta mucho leer. Ahora me acuesto muy tarde y suelo estar cansada, así que leo un par de páginas y me quedo dormida. Lo otro que siempre me gustó es escuchar música y a eso nunca lo dejo de hacer.

¿Qué música te gusta escuchar?

Soy bastante amplia. Puedo escuchar desde tango y folclore hasta cumbia; Silvio Rodríguez y Serrat. Lo que no escucho mucho es música electrónica. Y no soy cerrada con la música, cuando estoy en un lugar en el que yo no elijo la música, no tengo ningún problema, voy y me divierto igual.

¿Podés disfrutar de la música que escuchás o la percibís con un oído crítico?

Por suerte todavía logro desalienarme, seguir siendo una persona común y corriente, y  también dejarme llevar por esas sensaciones simples que te generan las canciones. No estoy todo el tiempo pensando en si el cantante desafinó, o no.

¿Se te ocurre pensar de vez en cuando qué hubiera sido de tu vida si no hubieras tenido éxito con la música?

Nunca me lo puse a pensar seriamente. Pero por lo inquieta que soy, creo que en alguna otra cosa habría trascendido. No con este éxito ni mucho menos quizás, pero si me proponía hacer algo creo que lo habría logrado. La familia y los amigos hubiesen sido los mismos y eso es lo más importante.

¿De tu música, cuál es el disco que más te gustó?

Cada disco me enorgullece en su momento y es muy difícil elegir uno. “A donde vayas” es quizás el que más me enorgullece, pero porque fue en el que más trabajé yo, incluso como productora. En ese disco me tuve que hacer cargo de la producción a último momento y me enorgullece porque lo pudimos hacer y además porque se vendió muy bien.

¿Te gusta más escribir o componer música?

Me gusta más escribir, aunque por lo general a mí me sale todo junto. Por ejemplo, en el disco pop que esta por sacar mi hermana Natalia, hay un tema en el cual me pidieron que le pusiera letra y la verdad que no me fue tan difícil. Pero cuando generalmente hago canciones, hago todo junto porque me sale así.

Se viene el lanzamiento de tu hermana Natalia como solista. ¿Te sentís responsable de su carrera?

La gente tiene esa idea de que en algún momento yo seguí sola. En realidad nunca estuvimos separadas. Lo que pasó es que a Nati siempre le gustó menos la exposición pública, entonces cada vez que había que hacer alguna nota iba yo. Además se dedicó a estudiar y eso le quitaba tiempo. Ella se recibió y ahora que está más relajada aceptó hacer un disco solista. Pero yo no siento ningún tipo de responsabilidad porque la conozco y sé que todo lo que se propuso, lo logró. Quería ser abogada, lo es, quería ser escribana  y lo es. Yo lo que hago es aplaudirla y acompañarla en este momento de su carrera que es muy especial.

¿Estás pensando en ser mamá?

Si, es uno de los motivos por el cual no casamos. Que sea lo que Dios quiera y cuando Dios quiera. Si pudiese elegir, me gustaría que no sea tan pronto para poder lograr todos los proyectos que tengo a nivel laboral, porque el día que quede embarazada quisiera tomarme mi tiempo.

¿Cuándo volvés a los escenarios?

En Argentina vuelvo en octubre, pero no todavía a Buenos Aires. Dentro de poco tengo un mini recital, un compromiso que asumido con Claudia Maradona.

¿Tenés algún boceto de tu próximo disco?

No, por ahora solamente estoy armando un disco con canciones que me gustaría cantar, pero hay que ver si todas son compatibles entre sí, si tienen que ver con lo que soy yo. A mí me encanta el Rock and roll, pero imaginate si en mi espectáculo tuviera que cantar Rock… sería medio raro, ¿no?

Tu carrera se sustenta también en una imagen muy transparente sobre vos misma. Eso es una tentación para el mundo de la política. ¿Nunca te ofrecieron participar políticamente?

En general no me meto mucho. Me interesa mucho y cuando alguien oficialista, elegido por la gente, me llama, siempre quiero ir, más allá de si estoy o no de acuerdo con la persona. La eligió la gente y listo.

Tengo mi forma de pensar y no me gusta demasiado hacerla pública porque siento que arrastro otras opiniones. Todo aquel que tiene un micrófono, tiene que cuidarse mucho en lo que dice. Además uno puede equivocarse. Me encanta la política, pero ya soy cantante.

Con tu fundación, llenás un poco esa inquietud política…

Si. Quizás en un país ideal no existirían fundaciones, ni comedores escolares, ni mucho menos. Mi fundación me sirvió mucho para responderle a la gente que me mandaba cartas pidiéndome un montón de cosas. Hay gente que está desesperada y busca ayuda por cualquier medio. La nuestra es quizás una forma más organizada de poder ayudar.

¿Qué le dio Soledad Pastorutti a la cultura, a la música argentina?

Tanto como un aporte a nivel técnico no creo que le haya dado. Lo que sí puedo decirte que le di es una sonrisa, le di frescura.

Luego de recorrer expresiva y transparentemente su carrera, Soledad vuelve a recluirse en su silencio. Estará presente quizás de alguna otra manera, pero por ahora su canto, su esencia, se mantendrá en silencio. Un necesario silencio para una artista que ya lo logró todo.