Entrevista a Jorge ‘Petete’ Martínez, periodista
Por Marcos Calligaris

No hay mucho tiempo que perder.
Jorge Martínez arranca todos los días a las 4 mañana, y luego del desayuno ya está listo para conducir “Aquí Petete”, el programa con el que en Radio Mitre ha logrado captar una considerable porción de la audiencia cordobesa.

Con 24 años de experiencia en la profesión, hoy Petete recuerda con orgullo cuando cubría partidos de la Primera “B” del fútbol de Córdoba para LV3, lo mismo que su paso por la gráfica o como notero de los SRT.

Hoy Petete se ha convertido en un referente del periodismo cordobés y en una de sus voces más influyentes.

Frontal e incisivo, su estilo periodístico le ha permitido sumar muchos adeptos, pero también le generó varios enemigos. “Algunos políticos no me quieren atender el teléfono”, asegura.

A los 43 años, Petete Martínez disfruta de un presente que lo tiene como uno de los protagonistas de la vida pública de Córdoba.

En un parate de su actividad diaria; en una profunda entrevista, el periodista no deja tema sin abordar.

¿Cómo surge ‘Petete’ Martínez periodista?

Vengo de una familia muy humilde, mi papá era operario de Renault y más que arrancar de cero, arranqué de menos diez. Desde que tenía 8 años se me puso en la cabeza que quería ser periodista y no me preguntes por qué, pero me fascinó siempre. Me imaginaba comentado lo que pasaba, comentando fútbol, siempre puesto en el rol de mirar cosas y relatarlas. Me imaginaba en la tele o en la radio desde ese rol.

¿Cuándo llegó tu primera experiencia periodística?

Yo arranqué a los 19 años en la vieja LV3. Empecé golpeando puertas, fui como una suerte de vendedor ambulante.

Primero había ido a golpear puertas a LV2, donde en ese momento estaba Víctor Brizuela. Lo esperé muchas tardes y un día me llevó caminando como seis cuadras desde la radio, me dijo que estudiara, que era difícil. Yo había cifrado muchas expectativas en ese encuentro.

No me di por vencido y empecé a hacer lo mismo en LV3, donde lo esperaba todas las tardes al Colorado Marquini, le sequé la cabeza (sic). “Mire Marquini, yo quisiera sumarme”, le decía.

Fue hasta que una vez me mandaron a buscar unos resultados, de la Primera “B” de Córdoba. Para mí era impresionante que me nombraran, que dijeran “Martínez trajo el resultado tal…”

Esas fueron las primeras experiencias y así empecé. Después de meses, de viajes a distintos pueblos a donde nadie quería ir, de mucho aprendizaje, de hacer vestuarios, empecé decir dos palabras, veinte palabras, y después anduve por todas las canchas del país durante ocho años.

Eso me ayudó mucho de por vida en la profesión, el hecho de ir bastante a Buenos Aires, de estar con muchos movileros, vestuaristas, ganar una nota sin dormirme, meter un micrófono primero, me dio una gimnasia.

¿Desde ese momento seguiste siempre en radio?

No, en un momento surgió la posibilidad de escribir para La Voz del Interior, entonces era cronista volante del diario y trabajé mucho tiempo escribiendo sobre deporte. Luego, en el año 92 me fui de LV3, con un retiro voluntario, en los mejores términos. En esos momentos ya estaban Rony y Mario en la radio, yo era jovencito y podría haber esperado, pero sentí que no iba a tener grandes oportunidades. Y no me arrepiento de haberme ido. Ahí le empecé a dedicar tiempo completo a Canal 12, donde se generó una suplencia y comencé a ser notero de El Informe Ya. A partir de ese momento nunca paré, empecé cuando tenía 19 años, ahora tengo 43, o sea que ya llevo 24 de profesión.

¿Cómo llegaste a los Multimedios SRT?

Cuando termina el ciclo de El Informe Ya, hubo como un parate y no tenía muchas responsabilidades dentro del Noticiero 12. En ese momento al Lagarto Guizzardi lo llamaron de Radio Universidad y él sugirió mi nombre. Fui varios años movilero del Lagarto, luego surgió la posibilidad de ser notero de Crónica 10, hasta que en el 2001 comencé a conducir el programa en la mañana. Me decían que no iba a andar como conductor, que yo era bueno como cronista, supongo que lo hacían por miedo, o por celos. Yo me sentía capaz. Con el paso del tiempo digo “qué bueno que hice toda la escalera y con mucho tiempo”, porque cuando me llegó una oportunidad, estaba bien fogueado. No fui alguien inventado, producto del marketing.

¿Y fueron esos once años en los SRT los que hicieron que Radio Mitre te buscara?

Yo ni sabía que se estaba armando lo de Mitre y un día me llamaron, me sorprendieron. Porque si en los SRT ya tenía problemas por decir las cosas, por mi estilo muy frontal, no me imaginaba en Mitre. Me preguntaba si ahí me bancarían, si encajaría mi manera de hacer periodismo, y la verdad que no he tenido ningún problema.

Hoy tu nombre desde Mitre suena fuerte,  ¿A qué se debe?

La personalidad juega, la manera de hacer periodismo, la necesidad que tiene la gente de sentirse representada y ve canalizada sus expectativas en la manera que uno tiene de trabajar. La gente te da la confianza de que todos los días te le metas en la casa, los despiertes, los informes. Pero también la gente te critica y te cuestiona cosas. El hecho de opinar y de exponerte también genera un desgaste. Yo en todos estos años no he sido un equilibrista, y siempre digo que el periodismo no es aséptico. La gente, cuando le cae bien algo que vos decís, dice “me gusta porque usted es muy objetivo” y no es así, porque uno no es objetivo, cuando opina es subjetivo. Entonces cuando no coinciden con vos, te dicen “usted es muy subjetivo”.

La frontalidad, ¿es una pose, parte de tu carácter o de tu estilo periodístico?

Creo que las dos cosas van atadas. Por ahí alguien despectivamente dice “es un personaje”, pero yo no me pongo un disfraz para hacer el programa, me nace genuinamente, de hecho a mi estilo no se lo copié a nadie.

También tiene que ver con quién te la agarrás al aire…

Los que hacen de esto un personaje por ahí descargan su ira con algún concejalucho, o critican a Menem, a Cavallo, que hoy ya no tienen poder. Te jugás más cuando opinás de los que tienen poder y de los que están cerca, los del pago chico. Hacer editoriales de Saddam Hussein o de Bush es muy fácil.

Yo no me ensaño con un débil, pero sí cuando tengo que discutir me encanta re-preguntar, debido a esto hay muchos políticos que no me atienden el teléfono, o intentan pactar una nota.

¿Existe el periodismo independiente?

Después de los años que llevo de carrera, de haber hecho un camino lleno de piedras, con muchos inconvenientes, amenazas de despido, suspensiones y querellas de por medio, creo haber desarrollado en toda mi carrera un periodismo independiente, honesto. Puede que no sea brillante, que sea con defectos, incluso con defectos de formación, pero siempre me he puesto como objetivo central eso. Y he dicho cosas cuando me han dicho que no las diga, cuando me han sugerido que no porque podía dificultar la pauta publicitaria del gobierno.

¿De qué trabajo es el que más te enorgullecés?

No te podría decir uno. He tenido muchas satisfacciones personales, como coberturas de elecciones de España, donde he ido y de pecho he hablado con Felipe Gonzáles, con José María Aznar; la cobertura del asesinato por parte de la ETA, de Miguel Ángel Blanco, el concejal del PP del País Vasco; la visita del Papa a Cuba en 1998, cuando hablé con la hija del Che Guevara y conté cómo vivían los cubanos; un documental que hice en Nicaragua, o una nota en la selva con Evo Morales cuando era un sindicalista de los cocaleros y se le salía el dedo gordo por los mocasines.

También hubo coberturas de cuestiones locales y cotidianas en las cuales uno dice “en un momento de la historia dije lo que tenía que decir, estuve parado donde tenía que estar.”

¿Y de qué te arrepentís?

Qué linda pregunta. De los pasos que di en la profesión no me arrepiento de ninguno. Cuando me he arrepentido de algo, o cuando he cometido algún exceso con alguien, me he disculpado.

¿A qué le tenés miedo?

A la muerte. Le tengo miedo por no poder ver el crecimiento de mis hijos, tengo dos nenas muy chiquitas y por ahí siento que empecé muy tarde con esto de la paternidad. Le tengo miedo a la pérdida de mis afectos, de mis seres queridos. Lo demás es circunstancial. De esas cosas no se vuelve.

¿Sos creyente?

Sí, pero creo en muy pocos curas, creo muy poco en los intermediarios entre Dios y el hombre.

¿Qué es lo que más disfrutás de ser vos?

El trabajo. El hecho de sentarme cada día ahí, de esperar el programa con ganas todos los días, que me avisen los productores que tienen tal nota en línea, el hecho de hacer una buena cobertura. Soy un apasionado de la profesión. Disfruto del reconocimiento de la gente en la calle y no me la creo, sé que no estás dos días y la gente se olvida de vos.

¿Cuál es tu cable a tierra?

Tengo un grupo de amigos que lo sostengo desde la primaria, son los amigos de toda la vida. Después de viejos, nos anotamos en un campeonato de veteranos y vamos a jugar todos los sábados. Disfruto mucho esos momentos. Así que el cable a tierra es ese, el asadito y vino con los amigos, la familia, algún paseo por las sierras, la lectura.

 

Desde Radio Mitre como alternativa

Desde que Mitre desembarcó en Córdoba en 2006, se desató una verdadera guerra publicitaria entre la radio líder del mercado cordobés, Cadena 3 y la emisora que pretendía “arrebatarle” una porción de mercado. Hoy Cadena 3 sigue siendo un claro dominador, pero desde Radio Mitre afirman estar conformes con el porcentaje de audiencia obtenido.

¿Cómo ves a la competencia entre Cadena 3 y Mitre?

Evidentemente en Cadena 3 hay gente como Mario Pereyra y Rony Vargas que han hecho de eso una gran empresa, y te pueden gustar o no, pero son profesionales ciento por ciento. Yo lo he visto a Rony pelear una nota con chicos que recién empiezan, y los ves trabajar el primero de enero, cuando nadie quiere trabajar… Eso va más allá del dinero, hay un fuego, una pasión. Estamos hablando de un medio que durante muchos años no ha tenido una competencia seria, fuerte, pero eso no desmerece el éxito de Cadena 3.

¿Mitre es ahora una competencia fuerte?

Pienso que Mitre ha permitido una alternativa radial, nadie pensó que de un día para otro Mitre iba a ser más escuchada que Cadena 3, pero creo que la gente hoy tiene para elegir.

Me parece que son bienvenidas las alternativas, yo sé que hay muchos colegas de Cadena 3 que se pusieron contentos cuando apareció Mitre, porque si no, no tenían dónde ir, ahora son más respetados donde trabajan, los cuidan y miman más. De hecho desde que llegó Mitre a Córdoba, se pagan mejores sueldos. Lamento que Universidad y LV2 estén tan bajo y no lo digo despectivamente, sería bueno hubiese más competencia y más radios en Córdoba.

A nivel publicitario, están en medio de una batalla, con ataques y contraataques…

Son estrategias de comunicación de las cuales los periodistas no formamos parte. Pero si Mitre no existiera –y hablo por mi horario- Cadena 3 no haría la publicidad que hace.

Mario Pereyra afirmó a este mismo periodista que ellos ya están pensando en “los rivales de Buenos Aires”…

Mario viene diciendo lo mismo de siempre “Nadie existe, somos sólo nosotros”, pero yo me doy cuenta que muchas veces hacemos una nota a la mañana, que no sale en ningún lado, y a los dos minutos ellos están tratando de llamar para hacerla. Nos escuchan y más allá de decir que no existimos, tienen en cuenta lo que hacemos.  Eso de que Pereyra no tiene en cuenta nada, no es cierto. Él la hace bien, onda Chilavert, “después de mí, no hay nada”. Pero es un gran profesional y va a quedar en la historia de la radio.

No obstante, yo no me levanto cada día pensando en si nos escuchan o no, trato de hacer un buen programa para que la gente me escuche.

“La políticos subestiman a la gente”

Sintonizar radio Mitre a la madrugada suele ser sinónimo de encontrarse con un Petete Martínez enredado en alguna discusión con algún dirigente político. La política lo atrae a Martínez, para analizarla, para preguntar y repreguntar y su estilo y trayectoria le han dado voz para examinarla al aire.

¿Qué análisis hacés de la coyuntura política actual a nivel nacional y local?

Me parece que los Kirchner han desorientado inclusive a gente que los votó y que creyó en ellos. Se vendieron como un espacio progre, inclusive tomando parte del Justicialismo y captando un espacio progresista de centro izquierda, y hoy los veo abrazados con D’Elía, con Moyano, con los gordos de la CGT y me pregunto “¿Qué tiene de progresista este gobierno?” Lo veo recostado sobre los estertores de lo que fue el PJ, lo veo intolerante, veo que no toleran el disenso, que todo el que no piensa igual es tildado de enemigo, y esa lógica de la confrontación permanente me preocupa. Le quita previsibilidad al país.

A nivel provincial también veo con preocupación la cosa, porque el parate del campo ha frenado todo.

Cuando pasan estas cosas uno dice “Uh, la pucha…este país”, pero la verdad que lo extraño es la estabilidad ¿Cuánto duran los períodos de estabilidad?

¿Qué es lo que más te molesta de los políticos?

Odio la mediocridad y fundamentalmente detesto la manera en que subestiman a la gente. Tipos que hoy te dicen una cosa y a los veinte días te dicen otra distinta. Creo que subestiman a la gente y lo van a poder seguir haciendo durante muchísimo tiempo. Esta cantidad de chantas que pululan, van a gozar de buena salud política en la medida en que siga faltando educación y siga habiendo existencialismo, bolsones y punteros políticos.

¿Te tentaron alguna vez para hacer política?

Alguna vez me hicieron algún comentario… yo la verdad que me morí de risa. Jamás me prestaría a eso, creo que no duraría ni un minuto ahí, termino a las trompadas.

Claro, llano, simple y sin vueltas. Petete Martínez se retira a pensar lo que será un nuevo programa. La realidad nacional le da letra, pero fundamentalmente él es un amante y fanático de su profesión, y cuando de comunicar se trata, no hay mucho tiempo que perder.

 

Ping Pong

Mario Pereyra: Un exitoso showman de la radio.

Rebeca Bortoletto: Un muy buena profesional.

La Voz del Interior: Desde 1904 a la fecha, es la Biblia de Córdoba.

Juan Schiaretti: Un político más

Daniel Giacomino: Un hombre desorientado

Luis Juez: Un tipo que explota su personaje.

Ramón Mestre: Está tratando de dejar de ser Ramoncito para ser Ramón.

Néstor Kirchner: Un hombre que no tolera el disenso.

Cristina Fernández de Kirchner: La continuidad de Néstor, pero más linda.

Una película: Las que tengan que ver con las pequeñas cosas de la vida.

Un tema musical: Soy santiagueño, de Peteco Carabajal.

Un libro: Noticia de un secuestro, de García Márquez.

Un deporte: Fútbol

Una bebida: Vino tinto.

Una frase: Vivir y disfrutar cada momento.

Un equipo: Huracán de Barrio La France.

Un periodista: Jorge Lanata

Un político: todavía no lo encontré

Un deseo: Dos, salud y felicidad.