Por Marcos Calligaris

“Fue un año en el que no tuve vida”, afirma paradójicamente Flavio Mendoza, al analizar lo que fue sin dudas el período más prolífico y popular de su carrera.
Es que las circunstancias convirtieron al platinado bailarín en uno de los personajes mediáticos de 2010. Desde ‘Bailando por un Sueño’, Flavio pudo demostrar al gran público lo que era capaz de hacer como bailarín, coreógrafo y cómico, pero también se las rebuscó para participar como panelista en ‘Animales Sueltos’, actuar en el espectáculo del circo Servian, y como si fuera poco, no dejó de dar clases en su flamante escuela de baile, que ya cuenta con más de 700 alumnos.
Quinta generación de una familia de artistas circenses, Flavio Mendoza no reniega de sus orígenes. “Abrí los ojos y ya estaba en el circo. El primer recuerdo que tengo es de mi mamá arriba de un trapecio”, cuenta con orgullo, al igual que cuando habla de Nogoyá, el pueblo entrerriano donde nació y al que su padre amaba tanto.
Pero no hubo tiempo para análisis, 2011 se instaló casi sin preguntar y las grandes compañías de teatro ya exponen sus figuras en las principales ciudades turísticas del país. Flavio es eso, una figura instalada y exhibe su capital en ‘Excitante’, la obra que encabezan Nito Artaza, Miguel Ángel Cherutti y Estela Raval en Carlos Paz.
Desde ese serrano escenario, Flavio Mendoza medita cómo encarar un año colmado de propuestas.

¿Qué te dejó 2010?
Para mí, 2010 fue un año maravilloso, a nivel artístico no me puedo quejar. Yo pertenezco a la rama de la coreografía, y desde ahí no era muy fácil llegar hasta donde llegué.
Por otro lado, fue un año en el que no tuve vida, me la pasé rogándole a Dios todo el tiempo de no lastimarme el cuerpo. Esta temporada de verano la hago con muchas dolencias, desde un hombro con bastantes problemas, con una fisura, con un desgarro. Pero cuando tenés un compromiso lo tenés que cumplir.

¿Tomás tu paso por ‘Bailando’ como un triunfo, o te dejó un gusto amargo por el final?
Pese a no haber ganado, creo que logré un espacio increíble y la gente me quiere mucho. Ellos saben que como artista traté de dar todo para que se diviertan y a raíz de eso me han salido un montón de propuestas para este año, que no sé cómo voy a hacer para elegir. Yo no tenía una estrategia, como sí noté que muchos la tenían.

La propuesta de bailar en el programa de Tinelli te llegó hacia el final de una extensa carrera como bailarín. ¿Seguís pensando en bailar?
No es lo mismo bailar en una obra de teatro, donde armás tu propio musical, que en ‘Bailando’, que es una competencia de baile, aunque al final no termina ganando el que baila.
No es que no pueda bailar, pero no estoy para una exigencia extrema todo el tiempo. Por otro lado, si yo sólo me hubiera dedicado al ‘Bailando’, como hicieron muchos participantes, el resultado podría haber sido diferente. Yo tenía un montón de trabajo aparte y podía ensayar sólo dos horas por día, pero había otros que ensayaban cuatro horas todos los días porque después estaban al pedo.

Vos podías ensayar menos, pero convengamos que sos un gran bailarín, no tenías las mismas necesidades que la mayoría…
Mirá, más allá de que el jurado a mí me ha dicho cosas muy buenas, mis coreografías siempre fueron mucho más complejas que las del resto, por una cuestión lógica de auto exigencia. A veces a eso no lo veían, como no veían algo extra que yo preparaba. Pero es parte del juego, yo digo esto como comentario, porque ni siquiera estoy enojado. La pasé increíblemente bien. En años del programa, creo que nunca se logró algo como la performance del Aquadance, que emocionó y llegó a estar como tercer video más visto en youtube a nivel mundial.

Cuando te fuiste de ‘Bailando’ dijiste que con vos se iba el último artista del ciclo. ¿Qué hay que tener para ser artista?
Nadie discute que Vanina y Silvina Escudero no bailen bien, o que la Mole Moli tenga un carisma increíble, pero artistas no son. Les falta mucho para ser artistas, a eso te lo dan muchos años de aceptación por parte de la gente. Es como rendir exámenes. No nos olvidemos que todos estuvimos de la mano de Tinelli, pero en mi caso yo no nací con Tinelli, tengo muchos espectáculos en la espalda. Lo que sí me trajo fue popularidad.

¿Te molesta si la gente te reconoce en la calle por ‘Bailando’ y no por tu carrera?
No, porque de última el reconocimiento llegó. Hay gente que es muy buena y el reconocimiento nunca le llega o le llega muy tarde. Miralo a Aníbal Pachano, que trabajó toda su vida y recién se lo reconoce a los 55 años.
Yo soy un agradecido, llegó cuando tenía que llegar y va durar lo que tenga que durar. Y te puedo asegurar que mientras Dios me dé salud, voy a perdurar, no sé si con la misma popularidad, pero voy a estar. En cambio, hay gente que quizás a los 2 años no los veamos más. ¿Dónde está Tito? ¿Dónde está Marianela Mirra?

¿Y cómo hacés para perdurar en una televisión tan efímera?
Perdurar en televisión, es algo que nunca se sabe. Yo sigo estando porque hace años que trabajo y porque le apuesto a mi carrera. Yo soy artista y después me hice famoso, no sé por qué. Voy a perdurar porque abrí una escuela de danza, porque hago otras cosas.

En un momento trabajabas en ‘Bailando’, ‘Animales Sueltos’ y en el Circo Servian a la vez. ¿Cuántas horas llegaste a trabajar por día?
Dormía cuatro horas por día. A veces le sumaba un kinesiólogo por la madrugada. Tengo un problema en la columna y todo el tiempo me lo banqué con analgésicos o con masajes, en lugar de hacerme un tratamiento importante por falta de tiempo.
Más allá de ser maravillosa, la televisión te demanda un esfuerzo extremo.

En Tinelli tuviste un aliado…
Yo agradezco la forma en que Marcelo se portó conmigo, cómo se prestó desde un juego en el que era mi marido. Creo que eso habla de su hombría, porque tenés que estar totalmente seguro de vos como para no tener esos pruritos que por ahí tiene la gente.
Marcelo es una de las personas que voy a extrañar mucho, disfruté mucho estar con él. En esos momentos en que jugaba con él, me hacía volar.
Lo dije al terminar el programa, yo no voy a ser un ‘Salieri de Tinelli’. Yo no voy a perjudicar a la gente que me respeta y me ha dado un lugar.  En la vida hay que ser agradecido.

A nivel emocional, ¿también tuviste un año intenso?
Siempre tengo una sensación de culpa por no poder estar más tiempo con mi familia, con los amigos. Pero ellos lo entienden, mi familia es mi gran tesoro y junto con mis amigos, son lo mejor que tengo. Ni mi talento, ni el carisma, nada se compara con eso. Siempre me entienden.

Más allá de las propuestas que tenés para este año, ¿qué es lo que a vos te gustaría hacer?
No sé por dónde voy a ir, pero tengo ganas de armar mi propio proyecto para teatro y no lo puedo dejar pasar de este año. Quiero armar mi propio espectáculo en el que yo decida quién va a trabajar. Quiero equivocarme o acertar. También tengo la propuesta de seguir armando el nuevo espectáculo del Circo Servian y lo voy a hacer porque es como mi familia.

Por su parte, Tinelli te la dejó picando…
Sí, hubo una charla que quedará entre nosotros, porque no me gusta contar las cosas antes de que pasen. Pero puede llegar a ser una sorpresa muy grande para este año.

¿Tiene que ver con que ‘Bailando 2011’?
Pasa que yo no quiero estar otra vez bailando. Considero que como artista ya está, ya bailé. Los que hacen ‘Bailando 1’, ‘Bailando 2’, ‘Bailando 3’, me parece que restan como artistas. Hay que darle lugar a otra gente.

No quedan muchas posibilidades, vas a ser jurado o vas a tener un programa en Ideas del Sur…
No sé… Yo te dije que bailando no voy a estar… Alguna de las otras dos posibilidades puede ser. Me voy a tomar el verano para pensar.

Será el aire serrano el que te ayudará a decidir.
Entre las sierras y algún cordobés que de alguna vez por todas se me tire y me dé paz y relajación para poder decidir qué hago este año.

¿Qué pasó, estás solo?
Sí, estoy solo. 2010 fue un año en el que no me pude dedicar a otra cosa que no sea trabajar. Creo que ya me olvidé cómo es estar con alguien, y dicen que eso es como andar en bicicleta, que uno nunca se olvida. Pero con este año ya ni me acuerdo si soy gay o heterosexual.
Flavio Mendoza sabe bien que es el momento de jugarse por su cuenta. También conoce los riesgos, pero además del talento, cuenta con una frescura y un carisma que le jugarán a favor.
 

 

Teatro en Carlos Paz

“Vamos a ser ‘el gran show’ del verano”

Hace un año, Flavio Mendoza reemplazó sobre la hora a Hernán Piquín en ‘Carnaval de Estrellas’. Luego de un 2010 intenso, de mucha exposición mediática, el bailarín vuelve a Carlos Paz con un nombre reforzado y un carácter más protagónico.

En Carlos Paz compiten directamente contra ‘El gran show’, con muchas figuras salidas de Ideas del Sur. ¿Cuál es el diferencial de ‘Excitante’?
‘Excitante’ se diferencia en que cada uno de los que actuamos somos número uno en lo que hacemos. En lo personal, uno de los monólogos que hago me lo escribió Antonio Gasalla. Vamos a ser el gran show del verano. Le hice traer (al productor) Daniel Comba muchísimas cosas de China. Es un show a nivel internacional.
 

 

La infancia y el circo

“En el circo me enseñaron a ser un artista y un tipo de bien”

Flavio nació en Nogoyá, Entre Ríos. Su familia hace varias generaciones que anima circos, pero él quiso ir más allá. 

Sos quinta generación de una familia de artistas circenses. ¿Naciste en Nogoyá por casualidad, o se habían asentado en Entre Ríos por un tiempo?
Mis viejos estaban viajando. Estaban en Rosario y cuando mi mamá estaba por tenerme, una semana antes viajaron a Nogoyá, donde vivían mis abuelos y el parto fue ahí. Pero mis hermanas nacieron en la ciudad donde al circo le tocó caer. Cuando pertenecés a un circo, nacés en el lugar donde te toca.

¿Cuál es el primer recuerdo que tenés de tu infancia?
El primero que tengo es de mi mamá arriba de un trapecio. Abrí los ojos y ya estaba en el circo. Mi gran escuela siempre fue el circo, es la escuela más completa, ahí me enseñaron a ser un artista y un tipo de bien.

¿Volvés cada tanto a Nogoyá?
Yo volví al pueblo porque mi papá lo amaba increíblemente y me lo hizo amar a mí. Él está enterrado en Nogoyá. A mí no me tocó vivir tanto en el pueblo, pero mi papá lo amaba tanto, tanto, que yo le quiero devolver eso, siempre trato de volver. Nunca reniego de mis orígenes y agradezco haber nacido en Nogoyá.

Según afirmaste en una entrevista, una de tus hermanas fue la que te mostró el camino del teatro…
Mis hermanas son mis pilares, ellas son las personas que me formaron. Patricia es mi hermana mayor, la que hizo de padre en un montón de momentos. Adriana es una mujer bellísima, que en su momento la vio Jorge Porcel y la convocó para ‘A la cama con Porcel’, en Miami. Al venir del circo y luego hacer televisión, ella fue la que me abrió ese mundo. En ese momento dije “yo quiero ir por acá” y comencé a desfilar y a cambiar un poco el rumbo.
Lo mismo le pasó al ‘Bicho’ Gómez, que también venía de una familia de circo y terminó haciendo teatro.

¿Tu familia vive actualmente en Buenos Aires?
Mi mamá vive conmigo, al frente de mi casa viven dos de mis hermanas y la tercera vive en Tucumán. Somos una familia muy unida y estamos todo el tiempo en contacto.