Por Marcos Calligaris

 

9 de la mañana

– Periodista: Hola Silvina, ¿podemos hacer la entrevista ahora?
– Silvina Escudero: Hola, ¿cómo andás? ¿Me podés llamar tipo 6 de la tarde?

6 de la tarde

– Periodista: Hola Silvina, yo de nuevo, ¿largamos la entrevista entonces?
– Silvina Escudero: Hooola soy Siiiil… Bueno, si querés dejame tu mensajito después de la señal y sino tratá de llamarme más tarde. ¡Que tengas un increíble 2011! Beso, beso…

7 de la tarde (tras varios intentos frustrados)
– Periodista: Hola Silvina, yo una vez más. ¿Hacemos la entrevista?
– Silvina Escudero: Ay Marcos… estoy ocupada, disculpame. ¿No me podés llamar tipo 9 de la noche? ¡Ay gracias!

9 de la noche

– Periodista: Hola Silvina. Te hablo de nuevo, ¿largamos?
– Silvina Escudero: (Con tono relajado) ¿Cómo estás? Yo todo bárbaro, dale, largá cuando quieras.

No es nada sencillo intentar entrevistar a un personaje que atraviesa su pico de popularidad. Pero antes de seguir con la entrevista a Silvina Escudero, necesito despejarme algunas dudas.

Del latín populāris, “lo relativo al pueblo”, dice la Real Academia. Popular: perteneciente al pueblo (en Sorocabana anoche hablaban de ella, punto a favor); propio de las clases sociales menos favorecidas (erróneo, o en todo caso incompleto, a ‘Bailando por un Sueño’ lo ven las distintas clases sociales. Más de un lector esconde la mano en este preciso momento); que es estimado o al menos conocido por el público en general (de esto no hay dudas, basta mencionar su nombre en cualquier ámbito y voilà); dicho de una forma de cultura: considerada por el pueblo como propia y constitutiva de su tradición. (Dicen que somos lo que comemos. Me pregunto si también somos lo que vemos… Tarea para la casa.)

Listo el pollo y pelada la gallina. Silvina Escudero acaba de pasar exitosamente el escáner de legitimidad: es un auténtico personaje popular argentino. Dicho de esa manera suena algo pomposo, pero la joven reúne las condiciones y esa certeza me alivia -aunque sea un poco- el hecho de haber esperado durante 12 horas a que me atienda el llamado.

¡Ah! por cierto, además de ser popular, Silvina Escudero es bailarina. Una excelente bailarina con dotes actorales y porte de vedette, que antes de entrar a la usina generadora de celebrities comandada por el gurú mediático Marcelo Tinelli, se instruyó cuanto pudo y en lo que pudo para quedar al pie del cañón.

Fue al Northlands, un exclusivo y costoso colegio bonaerense al que también acudió la princesita Máxima Zorreguieta. Aprendió inglés y francés, estudió coreografía y profesorado de danzas y le faltan diez materias para recibirse de veterinaria. Y un dato para dejarlo picando, su hermana Vanina está casada con un ex Tinelli, Waldo Navia.

“Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”, decía Ortega y Gasset, y Silvina Escudero tampoco se salvaría.
Esas circunstancias llegaron: ‘El Musical de tu Sueños’, ‘Bailando por un Sueño’, su relación con Matías Alé, el final de su relación con Matías Alé, sus peleas con Graciela Alfano, sus peleas con Ricardo Fort, su reconciliación con ambos, risas y llantos en vivo y sus perennes confesiones públicas de que “amo bailar, amo a mi hermana, amo a la vida y siempre, siempre, siempre digo la verdad”.
(Y reitero, todo esto acompañado de excelentes dotes de bailarina.)

En medio de ese remolino de circunstancias, Silvina Escudero es uno de los personajes mediáticos del momento y finalmente hace un alto en su agenda para atender esta entrevista.
 

¿Qué balance hacés del primer desafío del año que significó hacer teatro en Carlos Paz?
El balance es súper positivo, aunque siento que todavía estoy terminando el año pasado porque no me tomé vacaciones.
Carlos Paz me recibió de la mejor manera. Es un lugar hermoso a nivel paisaje y la gente es divina. “Taxi” fue un éxito, así que no hubo nada negativo.

Trabajar en las sierras no en lo mismo que hacerlo en Buenos Aires, ¿no te dio un respiro?
No, tampoco paveemos, es trabajo. Además estuve durante todo enero conduciendo el móvil de ‘Cuestión de Peso’, haciendo presencia en muchos eventos, shows. Y los lunes, que no tenía función en Carlos Paz, viajaba a Buenos Aires para estar en el piso de ‘Cuestión de Peso’. No paré un segundo.

¿Y las vacaciones para cuando?
En este momento. Me voy una semana de vacaciones.

¿Alcanza una semana para tirar todo el año?
No, pero es así. Hay que aprovechar, ser agradecida del trabajo que una tiene y disfrutarlo.

¿Cómo continúa tu año?
Con muchas propuestas. Voy a seguir en ‘Cuestión de Peso’; con ‘Taxi’ vamos a hacer giras los fines de semana y también tengo varias propuestas para televisión, pero todavía no cerré nada.

Bailando 2011 es un hecho…
Todavía no está cerrado. Me han propuesto hacer cosas diferentes. Quieren que esté, pero todavía está todo muy verde.

Flavio Mendoza declaró a este medio que los que repiten año tras año en ‘Bailando por un Sueño’ “restan como artistas” y también que “hay que darle lugar a otra gente”. ¿Te ves bailando nuevamente?
Yo estuve el anteaño pasado en el ‘El Musical de tu Sueños’. Ahí cantaba y tenía un grupo de baile. El año pasado bailé con una pareja y éste puede que no esté bailando con una pareja. La producción me hizo una propuesta diferente.

¿Se puede saber entonces?
No, todavía está todo muy verde.

¿Sabés lo que es la incertidumbre laboral?
Yo trabajo desde los 13 años y gracias a Dios estudié tanto y tantas cosas diversas, que si hay algo que no me va a faltar nunca en la vida, es trabajo. Si no trabajo en los medios, voy a ponerme una peluquería, ser depiladora o manicura, porque también lo he hecho.
Puedo ser peluquera, terminar mi carrera y ser veterinaria, puedo dar clases particulares de matemáticas, porque son todas cosas que ya he hecho.
Gracias a Dios tengo mucho trabajo en lo que tanto me gusta hacer, pero estoy convencida de que podría trabajar en cualquier cosa, porque le pongo garras a lo que hago.

 

De princesas y bailarinas

Mucho antes de convertirse en un ser mediático, Silvina Escudero asistió a uno de los colegios más exclusivos de la porteña Zona Norte. Se trata del Northlands, cuyas aulas también vieron pasar a la princesa de Holanda, Máxima Zorreguieta.
Luego, su formación seguiría por distintos rumbos, hasta llegar a las primeras experiencias teatrales y televisivas, pero ella lo cuenta mejor.

¿Cuánto te sirvió tu formación?
Todo sirve en la vida. Además estudié una carrera universitaria (veterinaria), que no tuve la oportunidad de terminar por falta de tiempo, pero en algún momento me gustaría hacerlo.
Hay que estudiar permanentemente por el solo hecho de nutrirse uno mismo.

Al nutrirse uno tiene acceso a nuevas puertas. ¿Hay algo que hayas estudiado y que desde tu posición actual te gustaría desarrollarlo en grande?
Por supuesto, hice un montón de cosas y todo te sirve, todo te ayuda. Me da mucho placer seguir aprendiendo y todo sirve para algo.

¿Te ves ejerciendo como veterinaria?
Sí, por supuesto. Ya trabajé mucho tiempo en una veterinaria haciendo cirugías. Me encanta, estoy todo el tiempo en contacto con los animales, agarro perros de la calle, trabajo con las fundaciones.

La realidad es que hoy estás en los medios con una agenda completa. ¿Hay retorno? ¿Podés volver a ser la chica de la veterinaria?
Por supuesto que sí. Yo no vivo de los medios. Este es mi trabajo y uno tiene que saber distinguir entre su trabajo y su vida. Mi vida es mi familia, mis amigos, tener hijos, mis perros. Y así como algunos van a una oficina a trabajar, yo soy bailarina, actriz y canto. Ese es mi trabajo.

Bailarina, actriz, vedette, artista… ¿Cómo te definís?
Soy bailarina.

Sin embargo, en el último Bailando fuiste bastante actriz…
Sí, por supuesto, pero en la sangre me corre el baile.

¿Te ves haciendo novelas?
Sí, este año tuve las mejores críticas haciendo ‘Taxi’.

 

Celebrity 2.0

El término Web 2.0 está asociado con un fenómeno social basado en la interacción que se logra a través de diversas aplicaciones en la web y que facilitan compartir información.
Un sitio Web 2.0 permite a sus usuarios interactuar directamente con otros usuarios y a Silvina Escudero, como a sus colegas coetáneos, le tocó ser famosa en la época de las redes sociales. A través de ellas, los artistas tienen una relación tête à tête con su público, prescindiendo de la otrora ineludible mediación de la prensa. Por eso los más de 180 mil seguidores que la bailarina tiene en Twitter pueden enterarse al mismo tiempo que Jorge Rial, si Silvina Escudero se peleó con Nicolás Riera o si vuelve con Matías Alé.

Hace instantes escribiste en Twitter que llegaste a los más de 180 mil seguidores en esa red. ¿Tomaste dimensión de que representa a casi tres Estadios de River repletos de personas que leen tus comentarios?
¡Es terrible! La gente es amorosa, me escriben cosas divinas. Yo estoy más que contenta porque el trabajo que tengo es gracias a la gente, es la gente la que te elige y después los productores te convocan.

Ricardo Fort dice que le encanta googlearse y ver qué se dice de él en internet. Para un famoso, ¿es posible enterarse más de sí mismo en internet, que haciendo examen de consciencia?
No, eso no me importa. Yo me dedico a hacer mi trabajo, trato de crecer cada día y tomo clases. Después, lo que diga el resto, me tiene sin cuidado. Nunca me googleé, no tengo ni idea de lo que puede aparecer.
Esa enfermedad de googlearse, de estar pendiente de lo que dicen de uno, no es sano. Eso es no tener vida y gracias a Dios, yo la tengo.

Pero en las redes sociales la gente opina de tu vida, en los programas también. ¿Es posible estar completamente al margen?
Mirá, no veo programas de espectáculos, veo poca tele y no escucho radio. Lo único que hago es comprar revistas. El único momento en que miro tele es cuando llego tarde de trabajar y pongo un rato Friends, Los Simpsons, o un DVD. No puedo estar pendiente de lo que dice todo el mundo de mí. Hay que estar sano de mente.

Pero estás expuesta te guste o no. ¿No sentís que tu vida es una especie de Gran Hermano?
Mirá, el único medio que tengo de comunicación es Twitter, el resto no tengo idea de qué dicen o que no dicen. Te repito, me dedico a hacer mi trabajo.

¿De qué cosas disfrutás más cuando lográs desconectarte?
No puedo desconectarme ni un minuto porque no paro de trabajar en todo el año.
De todos modos, cuando lo logro, me gusta juntarme con mi familia, estar con mis perros, salir con mis amigas.

¿Qué es lo que menos te gusta de ser famosa?
Antes había algunas cosas que me hacían mal, como cuando decían cosas que no eran ciertas, pero ahora trato de verle el lado positivo a todo.

¿A qué personalidad del ambiente admirás más?
A Silvina Escudero.

¿Por qué cualidades?
Es luchadora, trabajadora, va al frente, es sincera y tiene códigos.


“El amor propio –decía Voltaire, al igual que el mecanismo de reproducción del género humano, es necesario, nos causa placer y debemos ocultarlo”.
Silvina Escudero prefiere no ocultarlo, parece disfrutarlo y procura mostrarse tal cual es.
Pero ojo, que si un famoso emperador francés (cuyo nombre prefiero preservar en legítimo uso del secreto profesional periodístico) viviera, escribiría en su Twitter: “El más peligroso de nuestros consejeros, es el amor propio. NB.”