Por Marcos Calligaris

Nazarena Vélez vive a mil. Y sabe multiplicarse para aprovechar plenamente todas sus virtudes. Ella es la modelo, la actriz, la productora, la encargada de su promoción…lo que sea necesario para triunfar. Lleva ‘una vida a full’, como ella misma la define.

Casada, divorciada, de novia, madre de dos hijos, ella es la protagonista de esta entrevista “a lo Nazarena Vélez”. Una invitación a conocerla.

Son las 12 del mediodía. Nazarena se toma algunos instantes para esta entrevista. Comienza por adivinar mi tonada cordobesa y su ímpetu la empuja a tomar la delantera, por supuesto.

‘Mi papá es cordobés, mis abuelos son cordobeses. Y por ende pasé toda mi infancia en Córdoba. Por eso yo tengo una gran conexión y un gran amor por Córdoba. Casi todos mis veranos fueron allá’, se adelanta.

La entrevista estaba en marcha de facto. Tengo muchas preguntas.  Ella no tiene mucho tiempo, pero parece con ganas de hablar. Largamos.

¿Cómo eras de chica?

Varonera, marimacho total. La que me ligaba todos los cachetazos. Somos seis hermanos. Cinco mujeres y un varón. Son todos profesionales. Yo soy la tercera y de chica era la más quilombera, la que tenía más problemas en el colegio. Mis hermanas vivían siempre vestidas de punta en blanco, divinas, y yo de shorcitos, con la remera del hombre araña, trepándome por los árboles, jugando al fútbol con los chicos. Tenía más amigos varones que mujeres. Era básicamente un asco. Todo lo contrario a una lady.

Evidentemente no es necesario que haga una presentación pormenorizada de este personaje. Ella conoce el paño y continúa haciendo una detallada descripción de sus orígenes.

“Soy de Quilmes donde me crié, viví toda mi vida, me casé y tuve a mis dos hijos. Alejandro Pucheta, mi primer marido, también es quilmeño y era vecino mío. Yo no me quiero olvidar de mis raíces. Mis padres viven hace siete años en Puerto Madryn y yo no quiero abandonar la casa que tenemos en Quilmes. Allí pasé los mejores momentos de mi vida,” recuerda.

Un llamado telefónico de su hijo Gonzalo, de sólo seis años, interrumpe la entrevista -que a esta altura ya toma matices de charla-.

-“Al celular se lo regaló su papá, yo en realidad no estoy muy de acuerdo con que a esa edad tenga celular, pero bue…vamos a dejarlo ahí…”

Hablando de su papá, ¿qué relación tenés hoy con Daniel Agostini?

Es mi ex marido; una persona que quiero, que respeto muchísimo y es el papá de mi hijo. Con él la relación no va a terminar nunca, porque tenemos un hijo en común. Pero además nuestra pasión siempre nos une, entonces siempre está dando vueltas la versión ‘parece que se arreglan, parece que no’…Pero no parece nada, porque estoy en pareja con otra persona.

Nazarena la dejó picando. Pero se la perdonamos por ahora, ya que venía hablando muy apasionada sobre su niñez. Además, casi con seguridad va a volver a rondear por esas cuestiones. Seguimos.

¿Qué disfrutabas hacer de niña?

Además de varonera, era muy fabulera. Armaba mis novelas de Andrea Del Boca. Le inventaba muchas historias a mí mamá y capaz que ella terminaba peleándose con algún familiar.

Finalmente te terminaste ganando una imagen de lady

Tengo imagen de lady, de mujer fatal, pero en el fondo soy una india quilmeña total (sic). Mis padres me criaron con la libertad de desarrollar mi personalidad y esa es mi forma de ser.

(De repente, la que pregunta es ella)

“¿Me disculpás si almuerzo algo mientras charlamos?”, dice con un tono casi suplicante.

A una dama es difícil negarle algo. Pero queda comprobado, Nazarena Vélez vive su vida a un ritmo galopante y esto también le ha traído más que un disgusto. Sin embargo ella asume que su trabajo es así. En media hora debe volver a los estudios de Ideas del Sur, donde estuvo toda la mañana ensayando con Facundo, su compañero de Bailando por un sueño (por tal motivo, hay que continuar como sea).

¿Cómo llega tu conexión con el mundo artístico?

A mis catorce años se elegía Miss Quilmes. Yo era flaquísima, alta, con el cabello cortito y me decían: ‘andá, andá’. No tenía nada por delante, nada por detrás. Me terminé postulando porque de premio había una bicicleta de carrera.

Y así fue. Nazarena Vélez entró en aquel desfile con el noble fin de ganarse una bicicleta, sin saber que estaba entrando a lo que sería su profesión.

“Empecé siendo la Reina de Quilmes, luego fui Miss Provincia de Buenos Aires, después fui Primera Princesa Argentina…y a partir de ahí empezó mi carrera de una manera tal, que cuando me di cuenta, estaba yendo a miles de castings de publicidad. Así empecé a agarrarle el gustito a esto”.

Así encontraste tu nicho…

Sí, me comencé a perfeccionar, hice la carrera de profesorado de modelaje, estudié actuación y de acá no me mueve nadie. Es mi lugar. Me van a tener que sacar a palazos.

La charla continúa. Nazarena sigue devorando su almuerzo, pero no quiere dejar de hablar de algo que la atrapa, su carrera profesional. Aguantando la respiración por la ansiedad de contarnos toda su vida antes de partir nuevamente a su trabajo, prosigue.

“Llevo dieciséis años en esto. Yo no sé lo que es tener adolescencia. No tuve la típica adolescencia de los chicos. Prefería irme a desfilar, a hacer castings. En fin, tomé responsabilidades desde muy chica. En todos los sentidos.

Además decidí casarme de muy chica. Me puse de novia y me casé virgen con mi primer novio, así que a los 18 años ya era mamá por decisión propia.

Nazarena volvió a tocar el tema del noviazgo. Esta vez no la dejo pasar.

¿Estás de novia?

-Sí, -responde orgullosamente- con Aldo Osorio.

De alguna manera todo te une a Córdoba… (Aldo Osorio es un ex jugador de Talleres).

-Sí, ¿viste?  Siempre hay algo que me une. Es más, con Daniel (Agostini) me casé en Carlos Paz y quedé embarazada de mi hijo Gonzalo cuando me encontraba de temporada en Córdoba. Creo que voy a terminar viviendo allá.

A esta altura estaba más que comprobado. Nazarena Vélez no tenía inconvenientes en hablar de cualquier tema. Seguimos.

Sería casi imposible separar tu nombre de la imagen de una mujer desnuda o semidesnuda. ¿Sos lo que se ve en la tele, en las publicidades?

No, para nada. Yo pensé que nunca en mi vida me iba a poner en bolas (sic), porque realmente soy muy vergonzosa. Pero una cosa es tu intimidad y otra el profesionalismo. Te cuento una anécdota. Hace unos días, Facundo, mi soñador de ‘Bailando’, me fue a ver al teatro y luego a un boliche. Después vino y me dijo: “¡sos dos mujeres en una!”. En definitiva, una cosa es lo que vendo y otra es mi intimidad.

Cuando completás una ficha de datos personales, ¿Qué escribís en ‘profesión’?

Antes que nada yo me considero actriz. Creo que si tuviera que hacer siempre de linda, me aburriría y me sentiría muy estúpida. Además no te olvides que con el tiempo todo empieza a caerse…

¿Cómo sos en casa?

Soy lo más normal que existe. Como para mi trabajo tengo que producirme tanto, cuando llego a mi casa me voy para el otro extremo. Ando en patas todo el tiempo. No me arreglo el cabello, no me maquillo. Me gusta hacer las compras a mí. Además amo limpiar mi casa y jugar al Play Station con mi hijo.

¿Cómo te ves en el futuro?

Siempre estoy pensando en el futuro, soy una leonina que no para. Tengo mucho de productora. Por ejemplo, mis shows y las campañas publicitarias que hago, generalmente están producidas por mí. Creo que en el futuro, voy a tener una productora muy brava. Todo el mundo va a querer trabajar conmigo.

Mi pregunta en realidad iba más allá, me quise referir a la vejez. Ahora, como periodista, mi deber era repreguntar. Reformulada la misma, la rubia, meditabunda, optó por una confidencia trágica, que me dejó pensando.

Voy a confesarte algo que tengo desde muy chiquita con respecto a mi vejez. Siento que me voy a morir joven. No es un rechazo a la vejez. Simplemente no logro imaginarme vieja.

Pasaron 30 minutos de las 12 del mediodía. Nazarena Vélez abrazó su bolso, tomó las llaves del auto y en cinco minutos se esfumó.

El combo de Tinelli

Te atrapó Bailando por un sueño, ¿no?

-Sí, estoy copada con el hecho de ayudar a alguien. Además, muy pocas veces en esta carrera te sucede esto de poder laburar en un programa tan exitoso, que te paguen muy bien, que te sirva a nivel exposición y encima que puedas ayudar a una persona. Me parece que es un combo más que interesante.

¿Cuál es la persona del ambiente que más admirás?

-Gerardo Sofovich. Tiene todo eso que yo quiero tener para ser productora. Te respeta, te cuida. Lo adoro, lo amo con toda mi alma. Es un caballero.